El amor y la culpa pueden llegar juntas a desarrollar un mundo paralelo. En este caso no estoy hablando de amores de pareja o a engaños traicioneros, hablo sobre el amor ente un hijo rebelde y culposo y una madre culposa y sometida.
Good Bye Lenin es una delicia para quienes disfrutamos del cine con vinculaciones históricas pues en ella se puede ver un pedazo de aquella Europa de detrás de la cortina de Hierro y un interesante ejercicio de “que hubiese pasado si…”, en la composición de una fantasía creada solo para que mamá no se entere de la caída de la RDA a manos del capitalismo y el destape tras la caída del muro de Berlín. Como diria Fukuyama: que no se entere del "fin de la Historia".
En el film Alemán el Director Wolfgang Becker nos muestra de una forma muy inocente como se provoca un cambio de paradigmas en un mundo con las ventanas clausuradas como lo era la Alemania Oriental. Becker ridiculiza tanto el antiguo sistema de vida como la nueva forma de entender el mundo. Notables momentos se viven cuando Coca.Cola tapiza con publicidad los edificios de la ex Alemania socialista o cuando vuela una estatua de Lenin colgada de un helicóptero, o como ingresa la cultura del TV cable con su apertura global a la nueva nacion democratica.
Sin duda la gran gracia de la película consiste en ver como el protagonista de la misma intentará mantener la fantasía de la existencia de un país que ya no existe, en la cual contará con la ayuda de su novia (una enfermera que conoce en el hospital donde permanecía la madre), su hermana, los vecinos y su amigo quien sueña con ser director de cine y experimenta con viejos noticiarios para mantener a la madre flotando en la fantasía.
Ganadora de múltiples premios es realmente recomendable
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