Y Dios creo a la Mujer / 1956
Roger Vadim / Francia
De vez en cuando uno tiene el derecho de no encontrarse de acuerdo con las ideas o conceptos de la mayoría de los críticos en la web. En este caso no estoy de acuerdo pues en gran número de sitios se dice que “Y Dios creo a la mujer” es una película con escasísimo valor fílmico, pero yo digo, cualquier cinta que capture la belleza juvenil de Brigitte Bardot es una obra digna de quedar en los anales del arte.
La cinta comienza con la aparición de un maduro pretendiente de BB quien la encuentra desnuda tras una sabana tomando el solo. Brigitte es una joven menor de edad huérfana, que es adoptada por una familia con 3 hijos y que será el fruto de la discordia entre los dos mayores. La joven no se interesa por el trabajo sino por las fiestas y es amenazada por sus padres adoptivos de ser devuelta al orfanato. Para evitar ese cruel destino la joven deberá casarse con alguien que este dispuesto a vivir con la mas apetecida de las muchachas del pueblo (con todo lo que aquello implica). La muchacha ama profundamente al mayor de los hermanos ya mencionados pero el solo quiere pasar un raro de placer con ella, mientras que el hermano del medio acepta casarse con la muchacha con todo el descrédito que aquello le traerá.
Contiene escenas de gran Belleza (sobretodo en las que aparece BB) pues el rodaje se realiza en el balneario de Saint Tropez en la costa francesa.
El Director de la película Roger Vadim era el esposo de la Bardot en esta ocasión y la cinta fue hecha a la medida de la sensualidad de la joven actriz que busca ser puesta en el panorama global como la competencia europea de Marilyn Monroe.
El éxito de la película trajo como consecuencia el fin del romance entre el director y la actriz y a ella le catapulto como sex simbol en todo el mundo, con la mezcla de infantilismo y sensualidad que caracterizo la carrera de la Bardot
Quizás uno de los hechos mas polémicos de la película, según mi apreciación, consiste en la escena final en la que tras el engaño de Brigitte a su esposo (Jean Louis Trintignant), ella se desata en un baile desenfrenado que solo culminara con las continuas bofetadas de su marido logrando volver en si a la muchacha.
Es una visión mixta de la mujer de esa época, pues por un lado esta ligada al hombre de manera ineludible a diferencia de lo que ocurrirá en las figuras femeninas de la década de los 60 en el cine y que serán una demostración de una nueva cosmovisión del mundo femenino. Por otro lado ya se comienzan a ver los primeros efectos de una sociedad en cambio en el que la mujer es liberal y sensual comprendiendo que puede obtener lo que quiera a través de sus atributos.
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