Nemye Svideteli (Testigos Silenciosos) / 1914
Yevgeni Bauer / Rusia
En el buceo por la inmensa cantidad de películas que ofrece la red me encontré con esta cinta del cine ruso de principios de siglo en la Rusia pre-revolucionaria.
La cinta se llama “Testigos Silenciosos” y es un drama psicológico en el que se puede apreciar una interesante visión sobre el contexto social vivido en la Rusia anterior a Lenin.
La película esta dirigida por un olvidado director llamado Yevgeni Bauer, quien tras la revolución de 1917 paso al olvido por los dirigentes de la URSS, eso además de que murió tempranamente en 1917 tras una pulmonía. Bauer fue influencia para muchos de los primeros directores de cine entre ellos Eisenstein o Kuleshov o el destacado alemán F.W. Mornau quien utiliza como protagonista en su obra maestra “El Ultimo” (y que también está comentada en este blog) un personaje calcado al viejo portero de la película que comentaremos en esta ocasión.
En esta película Bauer nos transporta a una historia de segregación social muy bien lograda. Pavel, es un hombre que disfruta de los beneficios de su status social, es un hombre relativamente joven que pertenece a la rancia aristocracia Rusa y por supuesto que posee una gran cantidad de sirvientes, entre ellos un viejo portero que vive en la mansión con su joven nieta. Al ver una triste situación en casa en que una de las empleadas no podía viajar con su esposo a un sector alejado de la ciudad pues alguien tenia que hacer el trabajo de ella la joven nieta del portero decide ofrecerse para ocupar el puesto de la empleada y así liberarla de su responsabilidad.
Pavel es un hombre que vive en las permanentes fiestas de su clase y se hace acompañar por su novia una mujer que tras su calculador carácter esconde a un amante y sus ansias de poder y dinero. Pavel no se conforma con su fría novia, sino que también emborracha a la joven nieta y ahora criada de la casa. La inexperta muchacha se enamorará del aristócrata y sufrirá el tener que verlo casarse con una mujer que lo engaña y que es descubierta en su ardid por la muchacha.
La película posee partes decidoras en cuanto al discurso que busca expresar el Director, tales como el instante en que la novia de Pavel humilla a la joven sirvienta haciéndole quitarle sus botas tras el arribo a la casa.
Toda esta historia se genera en el silencio complice y temeroso de todos los sirvientes de la casa que son testigos de la aventura amorosa ilicita con la empleada y tambien del engaño de la novia a su patron. Nadie dice nada, de ahi el nombre de la cinta "Testigos Silenciosos". El miedo a perder el trabajo es mas fuerte a la lealtad, otro buen testimonio de esta epoca.
Esta película es un muy buen retrato de lo que era la aristocracia y burguesía que sucumbió ante la revolución Rusa y que en otros directores más panfletarios es identificada de manera mas dura y caricaturesca. Un documento necesario de ver para completar la imagen de un periodo.
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