domingo, 16 de febrero de 2014



De Cierta Manera / 1978

Sara Gómez / Cuba




La Revolución es una temática que toca a todos los países latinoamericanos, tanto porque en algunos de los casos logro ingresar como concepto y en otros como una realidad. Es quizás el caso más paradigmático del mundo el de la Revolución Cubana.

La película de Sara Gómez en asociación con otros directores y productores como Mario Balmaceda, Yolanda Cuellar, quien falleció antes de ver la obra culminada, desarrollan este trabajo que mezcla el documental con la ficción.

El filme recorre la realidad de una revolución que no se instala en las personas con la misma rapidez como se instala un gobierno en un palacio. Trata entonces de dar explicación a la difícil introducción del proceso revolucionario que vive Cuba en las gentes de menos recursos, que además son las más retrasadas en el ámbito de lo cultural.

Una parte de la película nos centra en el contenido documental, donde se explaya sobre la introducción de políticas de Estado por parte de Fidel y su sequito para lograr mejorar la calidad de vida de los habitantes de la isla. Todo ello centrado en la demolición de un barrio marginal de la Habana, en donde se desatan gran parte de las lacras de la sociedad, esto para dar paso a unas nuevas construcciones que intentaran mejorar la vida de los cubanos.

Por otro lado la historia de amor de una profesora de historia que comprende la validez del proceso histórico que enfrenta y un trabajador operario de una empresa de autobuses, quien representa los ideales anquilosados en la sociedad machista y retrograda de la Cuba tradicional.

La profesora es la representación de una “nueva Cuba”, que intenta instalarse no solo en las instituciones, sino que también el corazón del pueblo. El Trabajador es por su parte, un representante de la antigua y marginal forma de vida cubana, donde las supercherías, como la santería y las sectas masculinas son parte fundamental.  La Maestras intenta penetrar en el pensamiento del trabajador, rompiendo con los ciclos de violencia y mentira instalados en el círculo de vida cotidiano de la isla.

Comúnmente podremos apreciar la mixtura de imágenes sobre demoliciones justo cuando algunas ideas revolucionarias van penetrando en el “deber ser” del trabajador, quien abraza la nueva forma entender el mundo.


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